El aceite de oliva tiene el privilegio de poseer una composición química que le otorga propiedades de verdadera medicina natural, ya que está indicado para la insuficiencia hepática, la litiasis biliar, la hiperclorhidria, el estreñimiento, etc. No fatiga no el hígado ni el páncreas durante la digestión y asimilación.

El aceite de oliva no está refinado ni sometido a disolventes, es mucho más estable por lo que tarda más en enranciarse y producir peróxidos y resiste mejor las temperaturas sin descomponerse.

Se obtiene triturando las aceitunas hasta obtener una pasta, y aplicando presión en frío para exprimir el aceite. Los únicos procesos a los que se someten son mecánicos y no químicos. Recomiendo, personalmente, el uso en crudo el de la primera presión en frío (temperatura ambiente).Si no pone lo de “primera prensada en frío “quiere decir que se elevó la temperatura para obtenerlo y entonces ha perdido propiedades porque ha perdido principios activos.

El resto de aceites de oliva se obtienen mezclando aceite virgen con aceite refinado, y en la proporción va la diferencia. Por último, y ya de menor calidad de todos ,está el aceite de orujo de oliva.

Efectos terapéuticos del aceite de oliva virgen:

No reduce el LDL pero si aumenta el HDL (colesterol bueno), Es cardiosaludable, reduce el riesgo de cáncer de mama y es beneficioso a nivel hepatobiliar.

Los antioxidantes que tiene el aceite de oliva pueden ayudar a corregir el daño oxidativo del colesterol LDL, que se asocia con la aterosclerosis, que podría originar cardiopatía.

El aceite de oliva virgen tiene más antioxidantes que el resto, más fenoles y vitamina E, porque está menos procesado.

Ya lo tienes claro, pon oro líquido en tu mesa¡¡¡